Conversación imaginaria con un burócrata real


Burócrata (tratando de parecer correcto o severo, o ambas): ¿Trajo los requisitos?
Ciudadano (tratando de parecer despreocupado o seguro): Sí, aquí están todos, los que pedían según la página.
Burócrata (alegrándose de ver que no están completos): Faltó la partida de nacimiento.
Ciudadano (confundido o perplejo): ¿La partida de nacimiento?
Burócrata (poniendo expresión típica de burócrata ante ciudadano inepto): Sí, la partida de nacimiento.
Ciudadano (poniendo expresión típica de ciudadano que discute con burócrata inepto): Pero ahí no decía exactamente eso.
Burócrata (con aires de suficiencia): La partida de nacimiento es un requisito para todo.
Ciudadano (tratando de contemporizar): ¿Y para qué piden la partida de nacimiento si ya yo soy mayor de edad y tengo cédula?
Burócrata (como en una letanía): Es un requisito.
Ciudadano (con tono un poco más íntimo): Sí, pero pregunto, nada más como curiosidad, ¿qué información ven en mi partida de nacimiento o qué necesitan ver?
Burócrata (cruzando los brazos): Es un requisito.
Ciudadano (tratando de no impacientarse): Sí, ya me lo dijo. Pero, aparte de demostrar que nací y en qué fecha, lo cual puede notarse a simple vista y leerse en mi cédula, respectivamente, no hay otra cosa que puedan ver en mi partida de nacimiento. Excepto el nombre de mis padres.
Burócrata (tratando de no impacientarse): Sí, eso.
Ciudadano (pensando que ha encontrado un espacio por donde colarse): ¿Y para qué hace falta que sepan el nombre de mis padres?
Burócrata (sorprendido): No sé. Es un requisito.
Ciudadano (tratando de no ser irónico): ¿Es que acaso van a incluir a mis padres en mi seguro?
Burócrata (tratando de ser despectivo): No, eso no es para los contratados.
Ciudadano (subiendo ligeramente el tono): Entonces, ¿para qué les hace falta?
Burócrata (subiendo más el tono): ¿Trajo o no trajo la partida de nacimiento?
Ciudadano (respirando profundamente): No, no la traje; ya le dije que no sabía.
Burócrata (mirando su teléfono celular): No se puede sin ese requisito.
Ciudadano (esperando que el otro termine de escribir un mensaje en el celular): ¿Y usted no puede procesar mis datos y después se la traigo?
Burócrata (fingiendo que lo lamenta): No, hace falta ese requisito.
Ciudadano (elocuente): Pero si yo tengo rato aquí en la cola, veo que usted lo que hace es agarrar la carpeta, revisar que están los requisitos; mete la carpeta en esa caja y después se pone a hacer el proceso en la computadora; incluso les pregunta los datos a las personas sin ver los documentos. O sea, no parece tan indispensable.
Burócrata (monótono): Claro que sí, es un requisito.
Ciudadano (suplicante): Por favor, vaya agilizándome el proceso, para que pueda cobrar a fin de mes.
Burócrata (con la sonrisa triunfal del que tiene el poder de pisar a una cucaracha): No se puede sin ese requisito.
Ciudadano (confidencial): Una pregunta, hablando con franqueza, no se lo voy a decir a nadie: ¿alguna vez ha hecho el proceso sin todos los requisitos y después se los han traído? ¿Se puede? No sé, algún amigo; alguien que le dé un regalito.
Burócrata (mostrándose interesado): Sí se puede.
Ciudadano (creyendo que ha ganado la batalla): ¿Ve? Entonces no es que no se puede sin los datos de la partida de nacimiento. Ni siquiera son indispensables.
Burócrata (cerrando la ventanilla): Es la hora de cerrar. Vuelva mañana.
Ciudadano (totalmente confundido, tartamudeando): Pero, si ni siquiera son las doce.
Burócrata (señalando con el dedo al reloj de la pared): Según ese reloj sí.
Ciudadano (volteando hacia la pared): pero…
Burócrata (se ha ido y ha dejado, en la pequeña ventanilla de la taquilla, un triste silencio).
El ciudadano está a punto de llorar.
Otros ciudadanos en la cola lo miran con odio por haber pasado tanto tiempo discutiendo.
Un vigilante, en la entrada, se ajusta el cinturón en la gruesa panza, junta los talones, saca pecho (dentro de lo que cabe), esboza una sonrisa debajo de su bigote de león marino y se ocupa a su vez de darle vuelta al letrerito en la puerta: “serrado asta las dos de la tarde”.
TELÓN
Rafael Victorino Muñoz

@soyvictorinox

Comentarios